Sin objetivo alguno, vuelvo a fracasar, asesinando la eterna esperanza de la nada...escuchando mi propia voz reflejada.
Extendiendo la mano al aire, no siento sujeción que me de equilibrio. Tal vez no exista mano o aire, quizá todo sea así de evidente, en tal grado inexplicable que no me permito entenderlo.
Si solamente pudiera entenderme...
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